lunes, junio 08, 2009

Érase una vez un pequeño planeta

(En 10 líneas, times new roman 12)

Érase una vez un pequeño planeta que sólo tenía un árbol. Un único arbolito. Sin embargo él, orgulloso, recorría su órbita sin complejos, fiel a sus principios y a las leyes de Kepler.
Un día, un enorme planeta viejo de atmósfera enrarecida, al cruzarse con nuestro amigo durante un eclipse común, se burló de su arbolito, pero fue ignorado con elegante desdén.
Indignado, el viejo gigante tronó con un fuerte terremoto, arrojándole una roca con aviesas intenciones. Éste, mediante un ágil movimiento rotacional, esquivó el asteroide descarriado y lo atrapó con una lazada de su campo gravitatorio, consiguiendo así ¡su primer satélite!
El viejo planeta, rojo de lava, rotó encolerizado, tratando de ocultar su vergüenza con densas nubes de azufre. Más tarde, en la intimidad de su solsticio de verano, la envidia lo erosionó y, en su corteza, volcanes de ira ígnea bramaron rabia tectónica.

No hay comentarios: