miércoles, abril 22, 2009

Regreso

¡Pardiez! ¡Ya tuve suficiente agua a bordo! – mascullo, mientras me arrebujo en mi capa. Diluvia en Barcelona y los truenos reverberan en las vidrieras de Santa María. Apresurado, dejo atrás sus viejas murallas, sonriendo al recordar la maltrecha rosa que escondo bajo la camisa. Mis botas de cuero chapotean fugaces sobre las calles empedradas y no tardo en llegar a su tahona. Junto al portón entreabierto, que ya deja escapar, embriagador, el aroma del pan recién hecho, titubeo. ¡Seis meses bregando contra el mar embravecido y tiemblo ahora al pensar en una mujer! Aprieto los dientes, empujo el portón y la veo junto al horno. Ella me mira. Y sonríe. Y todos mis miedos, temores y fatigas se evaporan al calor de esa sonrisa.

1 comentario:

Zero dijo...

22 ABRIL... ESTO SUENA A LAS CERCANÍAS DE SANT JORDI! HERMOSO TEXTO. ERES MUY HÁBIL CON LA PALABRA ESCRITA. SALUDOS!